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Archivo Nº 1 “El duende de la Aurora”

¿Quién no ha escuchado hablar de la estancia “La Aurora”, en el departamento Salto de la República del Uruguay?. ¿Quién no se ha preguntado respecto al grado de veracidad de los sucesos, según se dice, allí ocurridos?. A partir de una secuencia de apariciones OVNI, la finca, propiedad de la familia Tonna ha recibido un aluvión de visitantes, investigadores y turistas de los cuatro confines del globo, que, en ocasiones más que reiteradas, han relatado observaciones de entidades humanoides, luces espectrales, extrañas distorsiones del tiempo y del espacio...
Las opiniones dominantes en el mundillo ovnilógico parecen señalar que en La Aurora han ocurrido ciertos hechos puntuales, a partir de los cuales la desesperada necesidad colectiva de ver y creer ha inducido, seguramente, otros, donde el fraude y la alucinación no quedan afuera.
Supuestas curaciones milagrosas (lo de “supuestas” es a título de la dificultad de rastrear con un seguimiento médico serio tales recuperaciones galopantes), materializaciones del padre Pío de Pietralcina, mensajes telepáticos... Uno podría tomar la actitud facilista de echar al cesto de residuos todas esas declaraciones, habida cuenta de que la mayoría de ellas provienen de lo que podríamos denominar “mesiánicos de los OVNIs”, y la aparente contradicción entre los decires de exaltación espiritual de algunos de esos turistas y sus discutibles valores morales (cualquiera que haya visto los desmanes que algunos de esos “contactados” han cometido contra las propiedades de los dueños del lugar, como cortar clandestinamente alambradas cuando se les inhibía el paso, carnear subrepticiamente algún animal de corral para comer, pisotear impunemente sembradíos, estará de acuerdo en un todo conmigo) si no ocurriera que otros testigos, eventualmente dignos de crédito, en ocasiones (pocas, es cierto, si se eliminan las exageraciones malintencionadas y las burdas confusiones, más que comunes en ciertos “investigadores” incapaces de distinguir un satélite, una inversión de temperatura o los faros de un automóvil reflejándose en una capa baja de nubes de un OVNI) refieren testimonios dignos de crédito.
En estos últimos casos, uno se siente tentado de abordar una explicación parapsicológica de los fenómenos de la estancia uruguaya como generaciones ectocoloplasmáticas, “tulpas” o egrégoros, o “infecciones” telepáticas inconscientes, como si la extrema tensión vivida en la zona gatillara reservas de energía del inconsciente colectivo que se exteriorizaran materialmente.
Como veremos después, posiblemente esto es lo ocurrido en el caso que relataremos a continuación. Uno de esos casos en los cuales nos sentiríamos tentados a olvidar por su aparente cuota de absurdo (actitud que reconocemos poco científica) sino fuera por la credibilidad y seriedad que nos merece la fuente.
A principios de 1991, un matrimonio cuyos datos, por expreso pedido de los mismos, mantenemos en reserva –lo que invalida el fraude o la mitomanía, donde la publicidad, amén de encontrarse con algunos dinerillos, es siempre la dominante– oriundos de la ciudad de Santo Tomé, provincia de Santa Fe, Argentina, viajó a la Aurora, en compañía de su pequeño hijo de tres años. Tras dos días sin grandes novedades, deciden improvisar un picnic, antes de despedirse del lugar, en el ya famoso monte de eucaliptus. Allí se les reúne un pequeño cabrito, y comienza la historia.
El padre obtiene varias fotos de su hijo jugando con el animal, una de ellas, la que reproducimos, donde el pequeñuelo fue recortado de la misma fotografía (tal la insistencia de sus padres en no ser reconocidos). Se observa al cabrito parado sobre sus dos patas traseras y al contemplar la copia algo llamó poderosamente la atención del matrimonio. Algo de lo que tienen la más absoluta seguridad que no estaba allí cuando se tiró la placa –atendiendo sobremanera al hecho de que cuidaron de dejar el lugar en las mejores condiciones de limpieza– y que parecía, a simple vista, uno de esos duendecillos o gnomos de los cuentos infantiles. En plan de averiguar de qué se trataba, nos trajeron la fotografía.
Reconocemos que de no inspirarnos confianza estas personas, seguramente la habríamos dejado dormir en el fondo de algún atestado cajón de nuestro escritorio. Pero les creímos. Esto puede ser muy subjetivo, de acuerdo, pero no es pecado, y a lo largo de estos años creemos haber desarrollado un particular olfato para saber cuándo somos víctimas de un fraude o no. Así que nos sentamos a poner en orden algunas ideas.
La impresión de “duende de historieta” se vio ampliada junto con la nueva copia. No somos particularmente reacios a admitir que en este universo el espíritu y la inteligencia pueden manifestarse de formas alternativas a las del hombre, lo que es lo mismo que decir que no nos repugna la posibilidad de que ciertos seres, “elementales”, coexistan con nosotros.
Pero tocados con gorro frigio, de rostro abotagado y abdomen prominente...
Claro que alguno puede preguntarse, lícitamente y después de todo –si por un momento aceptamos la existencia de estos humanoides– que las versiones renacentistas, barrocas y románticas también tuvieron origen en declaraciones testificales, y si a estos geniecillos se les ocurre andar por el mundo vestidos de esa manera, no somos estos servidores árbitros suficientes de la moda en dimensiones paralelas.
Pero se nos ocurre otra posibilidad, tal vez más seria (lo que no es más que un eufemismo para disfrazar nuestra reaccionaria actitud de rechazar hipótesis demasiado audaces). En Parapsicología conocemos un fenómeno llamado ectocoloplasmía, masa de ectoplasma –esa sustancia exudada por ciertos dotados– que adoptan una forma específica. Algo así como una ideoplastia o un tulpa, expresión tibetana para referirse a las formas de pensamiento. También hemos tomado debida nota de la relativa facilidad de obtener escotofotografías (literalmente: “fotografías en la oscuridad”) o, más correctamente, psicofotografías, como las de Ted Serios y otros. Así que la teoría es sencilla: el intenso deseo de los testigos por ver algo, o las energías remanentes de los grupos que visitan –en ocasiones con un alto nivel de dolor, estrés y esperanza– el lugar, podría haber creado esa fantasmagórica aparición, alimentada en recuerdos infantiles (porque, después de todo, ¿qué buscamos los amigos de lo insólito, sino satisfacer los sueños del niño que llevamos dentro?) y significando que entre el mundo de las ilusiones mágicas y el de la prosaica realidad cotidiana existe un vaso comunicante: el que duerme en los estratos más profundos del inconsciente del hombre.

El misterio de la Estancia La Aurora

 

Desde 1976 diferentes personas comentan que en la Estancia La Aurora se ven manifestaciones de luces y otros fenómenos de explicaciones desconocidas. Algunos visitantes entienden que se trata de visitas extraterrestres, otros prefieren no acercarse o buscar alguna respuesta científica. Conozca qué se sabe de lo que ocurre y qué puede verse en esta región de Salto.
 
Existen tantas interrogantes alrededor de la Estancia la Aurora, que me pareció un buen momento para ponerlos al tanto de lo que allá sucede.
La Aurora es un establecimiento agrícola-ganadero de unas 1.000  hectáreas aproximadamente que se encuentra a pocos metros de distancia del puente fronterizo Salto-Paysandú tendido sobre el Río Daymán, con un pie en cada uno de estos departamentos. A ella se accede a través de un estrecho sendero de tierra y polvo que se abre a un costado de la Ruta 3. No es una estancia turística como muchos creen, aunque es uno punto muy visitado en Uruguay, por contar en sus cercanías con la conocida gruta del Padre Pío por un lado y por las manifestaciones extraterrestres que allí se supone que ocurren, por otro. La estancia existe desde el año 1918 y pertenece a la familia Tonna-Ratin. Hace tres años falleció el antiguo dueño del campo, Angel María Tonna, y ahora los que se encargan del establecimiento son su mujer y sus tres hijos: Ángel Humberto (el mayor), Tulio (el del medio) y Elena Margarita (la menor). La familia Tonna vive en la estancia, pero por cuestiones de trabajo viajan bastante a otros departamentos.  
El primer acontecimiento raro en la estancia, data de 1976. Según pude averiguar, una noche de febrero de ese año, Angel María Tonna se encontraba en la estancia cuando alrededor de las 10 de la noche uno de sus trabajadores le fue a avisar que estaba viendo una potente luz en el cielo. Acompañado por su familia, se acercó hasta donde le habían indicado y vieron una fuerte luz de unos tres metros de diámetro que descendía en forma pendular. Unos instantes después ascendió de forma vertical introduciéndose en otra de mayores dimensiones en forma de triángulo isósceles. Mientras se alejaba se produjo un apagón en la ciudad de Salto, a 10 kilómetros de la estancia.
Tulio Tonna, recuerda el acontecimiento de esta manera:
“Lo que nosotros vimos fue a partir de febrero del 76. Aparecieron luces muy fuertes que nos producían quemaduras en los árboles, en los animales, en la gente. Eso fue lo que se vio. Y después una luz muy, muy fuerte que de noche iluminaba todos los establecimientos a la redonda, y bueno, la gente lo podía ver. Los vecinos también, entonces era difícil tapar que eso sucediera ahí, porque todo el mundo lo estaba viendo”, contó.
Parte del terreno fue quemado y se encontró un perro muerto, un trozo de alambrado y hasta un motor eléctrico. Una investigación llevaba a cabo por personal de la Fuerza Aérea Uruguaya dejó al descubierto la existencia de liebres muertas que no despedían olor a putrefacción. Pero lo más llamativo era la existencia de un ombú que está a 50 metros del casco principal de la estancia, que quedó partido a la mitad produciéndose un profundo hueco entre sus raíces. Ese hueco llegó a convertirse en una especie de trampa natural donde muchos pequeños animales aparecieron muertos y disecados.
“El famoso ombú del que todo el mundo habla en La Aurora donde un 4 de febrero del setenta y pico, de madrugada, como que el árbol explotó, desapareció, quedó un gran hueco en el lugar donde estaba el árbol, y la cosa rara que pasaba ahí, es que empezaron a aparecer animalitos muertos alrededor de ese hueco y a la gente se nos ponían todos los pelitos de punta. Un médico de aquí de Salto empezó a detectar que había radiaciones y unos japoneses que estaban trabajando en la represa de Salto Grande también llevaron un aparatito... Donde descubrieron radiaciones elevadas. Y bueno, eso fue lo que le pasó al famoso ombú. Después hubo que cerrar las puertas obviamente por peligro a la gente y algunas historietas que se armaban que no eran ciertas. Dicen, yo repito lo que he escuchado de tanta gente que sabe, que la radioactividad parece que se va desnaturalizando con los años, la mitad de la mitad de la mitad, bueno, aparentemente hoy hay nada, un riesgo muy chiquitito”, sostuvo Tonna.
La Comisión Receptora Investigadora De Denuncias OVNI (Cridovni) es una comisión interna dependiente de la Fuerza Aérea creada el 7 de agosto de 1979 por el Ministerio de Defensa, integrada por personal militar en actividad, personal militar retirado y civiles. Cridovni investiga aquellas denuncias que los ciudadanos hacen sobre objetos que ven en el cielo y que les llaman la atención por ser manifestaciones extrañas a las que no están acostumbrados. Tuve una entrevista personal con el coronel navegante Ariel Sánchez y él recuerda el incidente del ombú en la Aurora de la siguiente manera:
“Ese caso fue en su momento investigado por un grupo civil conocido como CIFE (Centro Investigador de Fenómenos Extraños) que era un grupo integrado por gente particular que se dedicaba al estudio de fenómenos del tema y fueron ellos los que estuvieron actuando en ese momento. Ellos nos brindaron su informe y manifiestan en su informe que no hay ninguna manifestación extraña en el caso este de La Aurora, simplemente ellos lo atribuyen a la caída de un rayo que fue el que quemó un árbol, volteó un ombú, mató un toro y un perro que estaban debajo del ombú y algunos animales de corral. Eso de la radiación nunca hubo. Tanto el CIFE -que fue el investigador- primario como nosotros que concurrimos al cabo de tres años allí nunca encontramos nada anormal. Hay integrantes del CIFE en nuestra comisión hoy por hoy. El señor Carlos Pérez Lavagnini, por ejemplo, es integrante de nuestra comisión y él era en su momento el presidente de CIFE y fue el investigador del caso, por eso te digo con certeza que no se encontró nada anormal. A lo largo del tiempo hemos ido más de diez veces motivados por las denuncias que existen todavía en torno a la Aurora. Lo que hemos estudiado no nos demuestra que haya nada anormal”, explicó.
Ese mismo año, 1976, se encontraron en la estancia tres eucaliptos caídos que marcaban como flechas un lugar especial. A Ángel Tonna esto le llamó atención, pero con el tiempo se olvidó del asunto. Unos meses más tarde se acercó al lugar un regimiento de soldados llegados de Montevideo que tras pedir autorización a Tonna acamparon al costado del Río Daymán, lugar que supuestamente marcaban los tres eucaliptos caídos. La misión: capturar un plato volador.
Lo que ocurrió la noche que acamparon no se sabe con certeza, y hoy en día integra parte de las leyendas de la estancia. Si hubo contacto extraterrestre o no, no se sabrá nunca, pero Tulio Tonna confirma que la Fuerza Aérea estuvo en su estancia.
“Sí estuvo en más de una oportunidad la Fuerza Aérea que inclusive estuvieron acampados en La Aurora. Aparentemente -yo estaba estudiando en Montevideo en ese momento- pero habían hecho un campamento militar de Fuerza Aérea para ver y desmentir el caso, en plena época militar. Y sí, parece que tuvieron una mala experiencia, un susto grande que los llevó a retirarse. Aparentemente eso es lo que comentan, yo no estaba, pero pasó algo de eso”, manifestó Tonna.
Julio Aguirrazabal trabaja como periodista en Salto y es amigo de los Tonna desde hace más de 20 años. Conoce la estancia y las historias que ella encierra demasiado bien y muy amablemente se prestó para brindar algunos relatos interesantes como los que siguen.
“Tengo vinculación amistosa y comercial en la estancia, ellos me consideran un hermano de la familia. Yo te voy a dar nombre y apellido: Daniel Bianchi tiene un programa, “Vía Aérea” en Canal 5. Él venía seguido y tenía un camarógrafo que se llama Nilser Viaso, y ellos son tipos que fueron a la estancia y no pudieron filmar porque se les agotaban las baterías. Volvían al otro día con las baterías cargadas a full y se llevaban la sorpresa de que no podían filmar. A mi la estancia me ha marcado la vida. Yo llevo más de veinte años allegado a la estancia, pero punto. Cada cual que lleve sus propias conclusiones. Los que van por primera vez dicen sentir una energía muy particular y me preguntan, ¿vos no la sentís?, y bueno, si vos la sentís todo bien, bárbaro. No empujo a nadie a la creencia de que hay energía, de que no hay. Llevé un albañil un día para que me hiciera unos galpones y me dijo, ‘déjeme que yo en pleno verano me quedo a dormir acá; yo tiro un enceradito acá arriba de este tala y duermo acá, no pasa nada’. Bárbaro, me parece bien, aprovecha más el día, no tiene que volver a la ciudad. Al otro día fui y no lo encontré. Lo fui a buscar a la casa y le dije: `pero, me falló, ¿qué pasó?’. ‘No, no’, dice, ‘yo voy a ir todos los días’. ‘¿Pero usted no se iba a quedar?’, ‘No, no’, dice, ‘yo después de lo que vi anoche no me quedo nunca más, antes que caiga la noche yo me vengo’”, expresó Aguirrazabal. 
Son muchas las denuncias y los relatos hechos sobre visiones de luces extrañas y Ovnis, es decir, objetos voladores no identificados, en las proximidades de la Estancia La Aurora.
Los automovilistas que transitan por la carretera han visto con frecuencia supuestos platillos voladores solitarios o en formaciones de hasta cinco o seis individuos. Por las mañanas, y aún cuando en toda la noche no se escuchó un solo ruido, los peones encuentran misteriosas huellas de aterrizajes en el pasto, como si un objeto muy caliente se hubiera posado de pronto y quemado todo la gramilla circundante con su fulgor. Se divisaron también luces y bolas de fuego que recorren a una velocidad muy lenta el descampado y que de pronto ascienden con una propulsión imposible hacia los cielos, donde se pierden para siempre.
Las teorías sobre lo que allí realmente pasa pululan y en muchos casos se contradicen.
Hay una muy difundida que explica que en la Estancia La Aurora hay ubicado aquello que los chamanes llamarían un “axis mundo” o “eje del mundo”, es decir, una abertura de carácter dimensional que permite comunicar las diferentes regiones del Universo. Como el suelo ahí es rico en cuarzos y cristales, se concentra una potente energía que al cabo de períodos regulares colapsa las categorías del espacio y del tiempo y abre un canal a través del cual seres de otras dimensiones pueden acceder a nuestras coordenadas. Se trata de una suerte de portal que puede conectar con otras realidades coexistentes con la de nuestro planeta, pero ubicadas en niveles diferentes de la existencia. La Aurora no es la única zona que posee esta tremenda energía; existen muchos epicentros energéticos como éste en el planeta Tierra, aunque de diferente potencia. Los más poderosos son los del nivel siete, como los de Erks y Azgar en Rusia, el del Tibet, el del Triángulo de las Bermudas y el de la Antigua Capital de los Mayas; el hoyo energético de La Estancia la Aurora, en cambio, como el de Isidris en Mendoza y como otros sitios de Brasil, Colombia, China, Estados Unidos y Europa, es apenas de segundo nivel.
Otra versión, la menos convincente, dice que en La Aurora se habría instalado un observatorio subterráneo de la NASA en el que el gobierno norteamericano lleva a cabo ciertas operaciones secretas en confabulación con las células de inteligencia de Uruguay, pero esto es difícil de creer. Para los que crean en esta versión, muchos de los avistamientos de objetos voladores registrados en la zona podrían ser atribuidos a falsas percepciones de satélites, aviones, prototipos de combates y otras maquinarias de las operaciones militares.
Que la NASA haga investigaciones en este ámbito en Uruguay puede resultar dudoso o no, según quien lo quiera creer. En la entrada de la estancia, hay un cartel que dice textualmente: “Por tema OVNI, preguntar en la NASA”. Le pregunté a Tulio Tonna si es cierto que la NASA se había interesado en los extraños acontecimientos que ocurren en la estancia, y lo mismo le pregunté al coronel navegante Ariel Sánchez de Cridovni.
“La NASA siempre estuvo en contacto, inclusive durante un período largo cuando realmente la gente golpeaba mucho las puertas e insistía, fue puesto un cartel donde se ponía la dirección de internet para que pudieran hablar ellos directamente con la NASA por todo ese tipo de cosas”, señaló Tonna.
“Ese cartel lo confeccionó uno de los peones o encargados de la estancia, en su momento con autorización de los dueños y fue puesto allí, pero no tiene nada que ver. La NASA en principio no tendría nada que venir a hacer ahí, y por otro lado no va a dejar un cartel pintado a mano en una chapa. Es ridículo pensar en eso”, indicó Ariel Sánchez.
Lo que sí es cierto es que Neil Armstrong, el primer hombre en pisar la luna, visitó la estancia en dos oportunidades, pero no en carácter de investigador de la NASA, como muchos pueden pensar:
“Sí, Armstrong y Collins estuvieron en La Aurora en más de una oportunidad que fueron los astronautas del Apolo 8 y vinieron por cosas propias, no representando a la NASA, sino por cuestiones personales. Le mostraron a mi papá y a la familia, un montó de fotos que ellos personalmente habían sacado a todas las cositas raras esas que hablamos: llamálos marcianos, platos voladores, extraterrestres, hermanos mayores, seres de luz. Y ellos tuvieron muchos avistamientos por eso que personalmente era uno de los lugares con más seriedad que habían encontrado y por eso vinieron hasta Uruguay a este lugar”, sostuvo Tonna.
“Lo de Neil Armstrong te puedo aclarar bien cómo fue el tema porque el señor Pérez Lavagnini -que es compañero mío acá en Cridovni- estuvo con él las dos veces que vino. Neil Armstrong vino como periodista de la revista Newsweek en esa época, vino a investigar el tema OVNI porque es una persona que le gusta el tema. No vino ni como astronauta de la NASA ni como miembro de la NASA, ni por pertenecer a ningún grupo de investigación oficial; vino como periodista. Pero te aclaro ese punto porque mucha gente lo pregunta y a veces se mezclan un poco los relatos y se dice que la NASA vino a investigar a La Aurora. No, la NASA no vino a investigar a La Aurora. Vino el señor Armstrong pero como particular”, aclaró Sánchez.
Platos voladores, marcianos, extraterrestres, hermanos mayores, como se quieran llamar, son lo que nos sorprenden y no logramos terminar de entender, qué son verdaderamente. Cridovni tiene sus propias teorías sobre la procedencia de las extrañas luces en la estancia La Aurora:
“Sí se han visto luces nocturnas por parte de testigos que lo aseguran con las fotografías digitales; uno puede hacer fotos nocturnas y salen aveces esferitas pequeñas luminosas que son pequeñas microgotitas de humedad que son reflejadas por el flash de la máquina. Son fenómenos lumínicos manifestados a través de la fotografía que la gente a veces no los conoce y nosotros mismos, a medida que va avanzando la tecnología nos vamos interiorizando de ese tipo de manifestaciones a través de la fotografía o la filmación. La Estancia La Aurora tiene una línea de alta tensión que pasa por su terreno, o próximo a su terreno a pocos metros. Todos sabemos que las líneas de alta tensión, cuando el aire está cargado de humedad y salinidad se produce un efecto de estática que forma unos pequeños corrimientos de luces por los cables de alta tensión y puede que la gente confunda esas manifestaciones, y es una zona también donde hay aguas termales. Puede caber la posibilidad de que haya algún escape de gas, o puede haber una falla geológica en la zona que nosotros tenemos la certeza de que es así y por eso se manifiestan algunas pequeñas luces que dice la gente ver. Lamentablemente nosotros nunca hemos comprobado el fenómeno. Nos gustaría y estaríamos muy contentos si pudiéramos comprobar in situ el fenómeno, pero no lo hemos visto. Simplemente vamos atrás de la denuncia”, dijeron desde Cridovni.
Se han registrado denuncias de Ovnis en varios puntos calientes del país, como Paysandú, Durazno, en la zona de San Ramón en Canelones, las Sierras de Minas, Piriápolis, la laguna Negra en Rocha, y La Estación Margat en Canelones, por citar algunos, pero no caben dudas que la Estancia La Aurora se convirtió, como sin querer, por suerte, o por desgracia, en uno de los puntos turísticos más místicos del Uruguay, algo que muchas veces entorpece las actividades normales del establecimiento.
“Tenemos visitas de todas parte del mundo, ni hablar de los países hermanos que nos rodean, los grandotes, y bueno, han querido venir sectas, gente que son líderes de grupos, gente buena onda, avivados, y sí, el tema sabemos que existe, que está y nosotros a veces por ignorancia, la visita no sabe que media hora que se le quite a una persona que está trabajando en el campo es de mucho valor porque a veces estás por empezar el ordeñe, o estás por empezar un trabajo con los animales y cosas que no pueden esperar, o tenés que salir a recorrer un campo, entonces por eso cerramos un poco las puertas también y porque mucha gente viene a preguntar cosas que otros las pueden contar, porque esto que yo te digo te lo puede decir mucha gente hoy por hoy; yo no estoy diciendo ninguna exclusiva, por eso cerramos las puertas. Nosotros vivimos del campo y tenemos que hacerlo producir. Nadie lucra con este tema. Hemos desestimado muchísimas opciones de ofertas muy bondadosas, te podés imaginar, para hacer turismo, para hacer conferencias, circuitos de turismo, para hacer un montón de cosas, que las desestimamos porque realmente por ahora no existe en nuestra mente. Está ahí, el que quiera ir saca sus conclusiones y bueno, ese es el tema”, explicó Tonna.
Estamos ante un tema del cual indudablemente podemos discutir y explayarnos por horas para intentar descifrar el verdadero misterio de la estancia. Si lo que ocurre ahí es cierto o no, si son aliens, o no, si son amigos, o no. Qué propósito tienen con nosotros, si es que tienen uno.
Aguirrazabal dice que cada uno debería sacar sus propias conclusiones, pero para ello hay que tener al menos algún dato más o menos relevante sobre el tema. Aguirrazabal nos brinda algunos para dejarnos pensando:
“Yo quiero que cada uno venga, mire, vea, si es que ve. Te puedo hablar de cuatro, cinco, hasta diez ómnibus doble piso argentinos, paraguayos, chilenos, colas de autos. La cantidad de gente que entra y sale de La Aurora por día no sé, no tengo idea. Pero un sábado pueden ser, yo qué sé, diez, quince ómnibus. Yo un sábado salía de un potrero y entraba en otro y me encontré con seis o siete parejas, tanto mujeres como hombres, todos vestidos de blanco caminando por el camino con los ojos vendados y la boca amordazada. Entonces el muchacho que iba conmigo me dice, ‘pero pare, vamos a preguntarle...’ ‘No’, digo, ‘dejá quieto’. Me he encontrado con gente en la puerta que me pregunta si soy de la estancia, y les digo que no soy de la estancia, pero, ‘¿y conoce acá?’, ‘Sí, sí, soy allegado a la familia’, y la primera pregunta que me hacen es: ‘¿y dónde es que aterrizan los platos voladores?’. ‘Aaah, sí, pero ya se fueron. Atrás de aquel monte’. Entonces escuchan lo que quieren oír, ven lo que quieren ver. Entonces, ¿uno que se va a meter a opinar y a decir de lo que hay, de lo que no hay?”, comentó Aguirrazabal.
El coronel navegante Sánchez dijo lo siguiente:
“La Estancia La Aurora, desde el punto de vista personal pienso que se ha transformado en un lugar místico. Tal vez sea bueno mantener el folklore de la historia pero yo tengo el deber de aclarar alguna cosas como las que tu me preguntaste, y bueno, decirte que no es así la verdadera historia de La Aurora”, finalizó Sánchez.

Nuestra experiencia en La Aurora.
Por Bolinfo de Carlos.

estancia la auroraA fines de noviembre de 2004 tuvimos la oportunidad de ser parte de un grupo de cuarenta personas que pasaron ese fin de semana en las termas de Dayman, a pocos kilómetros de Salto (Uruguay). Algunos de ellos llegaban con visibles síntomas de enfermedad.
En la mañana del sábado por ruta y luego por camino de tierra, fuimos a visitar la gruta del Padre Pío. Se podía apreciar la "energía" del lugar.
Recorrimos en silencio un sendero de quinientos metros, en los que se podían leer carteles que daban indicaciones o que invitaban a orar.
la auroraEn respetuoso silencio y en fila esperábamos llegar hasta la imagen del Padre Pío. Algunos con un rosario en sus manos, otros tenían fotos de familiares, tal vez enfermos, otros llevaban peticiones escritas.
Al estar frente a la imagen nos conmovimos, sentimos emoción, se nos llenaron los ojos de lágrimas. Percibíamos la devoción, la fe de los que allí estaban...
En ese momento recordamos que Giorgio Bongiovanni recibió en ese mismo lugar uno de sus estigmas. Que el astronauta Neil Armstrong había estado aquí por varios meses en busca de los misterios de La Aurora...
Al volver vimos un grupo que meditaban sentados en círculo.
san pio de pieltracinaLa guía juntó al nuestro y nos dijo que haríamos un ejercicio de liberación, que consistía en dejar en ese lugar todo los que nos aquejaba. Con los ojos cerrados comenzamos, pensando en todo lo que quisiéramos dejar. No pudimos precisar el tiempo que nos llevó realizar el ejercicio...
Una de nuestras compañeras comenzó a llorar desconsoladamente, inmediatamente fue atendida por los ayudantes de la guía.
En lo personal, al comenzar el ejercicio teníamos una sensación de congoja, de llanto reprimido. Al finalizar comprobamos que podíamos respirar profundamente. La sensación era de plenitud.
Después de almorzar, comenzó a llover. Los planes de volver al lugar por la noche se estaban diluyendo. Fuimos invitados a participar de un trabajo de sanación que llevó parte de la tarde. La experiencia fue muy intensa y a partir de ahí comenzamos a ver la mejoría, por lo menos en aspecto, de algunos integrantes del grupo.
padre pioA las cinco de la tarde vimos un enorme arco iris y la lluvia cesó. Volvieron nuestras esperanzas de ver las "luces". Después de cenar, subimos al ómnibus y nos dirigimos a La Aurora. Algunos comentaban sus experiencias anteriores, otros se mantenían expectantes.
El chofer del ómnibus nos informó al llegar al camino de tierra que sería imposible entrar en él, ya que el peso del vehículo no ofrecía seguridad. Luego del silencio y la sorpresa, empezamos a oír voces que insistían en ir igual, pero caminando.
Parte del grupo se quedó en el ómnibus. La otra, que éramos más de la mitad, por el camino embarrado y alumbrados solo por la luna llena comenzamos la caminata. Los más veloces llegaron en cuarenta minutos, otros tardamos cincuenta.
Cuando llegamos, vimos al primer grupo que se encontraba mirando el cielo y en silencio, hacia el sector donde se encontraba la luna. La guía comenzó a llamar los "seres" del lugar y vimos primero una luz que se movía a cierta altura cerca de unos árboles. Luego desapareció, al rato volvió pero esta vez acompañada de otra. Ambas se movían de distinta forma. Cuando le dábamos las gracias, parecían aumentar la intensidad del brillo.
Habremos estado una hora viéndolas, hasta que nos vinieron a buscar en autos, los que tuvieron que hacer varios viajes. Nosotros nos quedamos, fuimos los últimos en irnos. Sin antes ver otra luz que era distinta a las anteriores. Parecía tener forma de rombo, emitía una luz rosada y era muy brillante. La guía nos recomendó que volviéramos.
Comentarios finales.
Podemos afirmar que las "luces" no eran de aviones o autos, porque hacia donde mirábamos solo había campo. Tampoco creemos que hayan sido ovnis.
arbol petrificadoSe ha informado por gente del lugar y en publicaciones, que dentro de los campos de La Aurora, la colisión de un ovni provocó la destrucción de un árbol. Que ese sector sería la entrada a un portal interdimensional o como dicen otros a un mundo intraterreno.
Supimos además que la NASA vino a investigar y medir con sus aparatos el lugar, al recibir noticias de que tiempo atrás, los animales que se acercaban al árbol morían inexplicablemente y quedaban sus cuerpos como deshidratados.
Creemos que las "luces" corresponden a seres de luz. Se los llamaba por su nombre. Recordamos a Maia que era médica ginecóloga y al Padre Pío.
En cuanto a los que habían llegado con enfermedad, pudimos notar que se los veía revitalizados, de buen humor y con ganas de vivir. En lo personal notamos un significativo cambio de ánimo, ausencia de cansancio, a pesar de la intensiva actividad que desarrollamos. Hemos decidido regresar proximamente.
 
 

Los archivos abiertos de La Aurora

Luego del programa especial de "Vidas" sobre la estancia La Aurora, Facundo Ponce relata lo visto, lo sentido y lo inexplicable de un lugar y rodaje muy peculiar, que atrajo incluso a la propia NASA.
El programa "Vidas", conducido por Facundo Ponce de León y producido por Contenidos TV para Canal 12, se caracteriza por ofrecer una mirada distinta sobre las historias de distintos personajes.
En su última emisión, mucha gente quedó impactada por el programa especial sobre la mítica estancia La Aurora, donde se reportan desde mucho tiempo atrás avistamientos de OVNIS. A causa de los innumerables testimonios el lugar se convirtió en el destino de peregrinación de un grupo de creyentes en fenómenos extraterrestres o paranormales.
ovnis y la auroraEn la emisión de Vidas, Facundo Ponce De León hizo un verdadero trabajo de campo entre el círculo de personas que frecuenta la estancia, con el gran mérito de no ser obsecuente ni condescendiente con el fenómeno, intentando escarbar qué tipo de fascinación ejerce el lugar. El momento más impactante del programa fue el final, donde la cámara pudo captar unas luces inexplicables, imposibles de pertenecer a un auto o a una casa, y con cierto movimiento. Los equipos también registraron varios sonidos indefinidos, a modo de zumbidos y ráfagas de aire.
Con Facundo Ponce de León charló El Portal, intentando descubrir qué sucedió realmente en un lugar en el que muy pocas cámaras entran. Más allá del fenómeno OVNIS en el tapete, la idea fue registrar sus sentimientos e impresiones sobre un lugar peculiar que sigue despertando fascinación, más allá del escepticismo que unos u otros puedan tener.
- ¿Por qué la dieta especial que te hicieron seguir, cuál es el motivo que te dieron y qué relación tiene con los contactos con extraterrestres que diferentes personas aducen tener?
Facundo: Según ellos, la dieta es para prepararte para el avistamiento. Se da a tres niveles: físico, espiritual y mental. La dieta consiste en no comer carne y una serie de alimentos por una semana, sumado a 36 horas de ayuno completo antes del día en que se va a la estancia. Le llaman preparar el cuerpo. La parte espiritual y mental refiere a ejercicios de lo que llaman "mantralización", una suerte de yoga, según ellos necesario para poder presenciar los avistamientos
- Pero dicha dieta, sumada al ayuno, ¿no generará un estado físico propicio a sufrir ciertas visiones ? ¿No será esa la explicación de los avistamientos de OVNIS?
Facundo: En mi caso en particular no se generó ningún estado alucinatorio. Yo hice un sacrificio muy grande con la dieta pero lo que yo vi fue presenciado también por el resto del equipo de Contenidos TV, que no hizo ningún tipo de ayuno.
- ¿Cómo llegaste a establecer ese grado de confianza entre personas que conforman un círculo muy cerrado?
Facundo: No es cerrado en absoluto, ellos reciben en forma abierta a cualquier persona que quiera ir. En cuanto a la confianza se generó naturalmente en la relación que establecimos durante el rodaje.
- En vistas de tu experiencia, ¿qué cambió en tu percepción del fenómeno de La Aurora entre el Antes y el Después del programa?
Facundo: Antes de la nota era completamente escéptico. Ahora eso es relativo. No te digo que creo, pero sí se produjo una apertura en mi forma de pensar. No afirmo que haya OVNIS en La Aurora, pero sí estoy dispuesto a conceder la idea de vida en otros mundos. Se generó una duda, una forma distinta de ver las cosas gracias al rodaje. Es decir, no creo en muchas cosas de las que dice Rafael (el personaje central sobre el que trató el programa), como sus levitaciones, su contacto con extraterrestres, pero no tengo duda que él realmente cree en ello, en que es sincero.
- ¿Lo que se vio a finales del programa lo percibiste de igual forma mediante tus propios ojos? ¿Cómo lo definirías?
Facundo: Lo que vimos no es exactamente igual, porque la cámara al hacer foco genera cierta sensación de movimiento, pero en vivo nos impactó muchísimo y lo apreciamos con claridad. Todos vimos las luces en el horizonte y es cierto que no podía tratarse de una casa o un auto, y te da esa idea de tratarse de una nave. Es decir, nosotros no lo podemos explicar, aunque las personas del grupo estaban convencidas de que se trataba de una nave extraterrestre.
- A la luz de lo vivido, ¿considerás que todo es charlatanería o creés que algo pasa allí?
Facundo: Indudablemente es un lugar especial, y eso se siente ni bien llegás allí. No se trata de creer en Ovnis o extraterrestres, pero notás una energía muy especial, dicho esto sin misticismo alguno. Cada lugar al que uno va tiene una atmósfera particular, desde un bar hasta un cumpleaños o una reunión con amigos.
En La Aurora nosotros sentimos algo muy especial, sobre todo en la gruta del Padre Pío, donde el aire tiene cierto espesor. Quizá es a causa de la sugestión que yo mismo creé en la previa del programa, pero lo cierto es que no es cualquier pedazo de tierra perdida en el Uruguay. Algo es muy distinto, pero no sé por qué.
- En el programa no sólo se vio una luz, sino también una serie de sonidos, ¿eso fue agregado en la edición?
Facundo: para nada. Con eso pasó algo rarísimo. No sabemos cómo se colaron los ruidos, pero nos dimos cuenta en la sala de edición. No lo podemos explicar ni por fallas técnicas ni por nada que hayamos escuchado ahí. Era como una ráfaga de aire y decidimos dejarlo, pero no los agregamos nosotros y no sabemos cómo se dio, fue bastante impactante sentirlos. Con respecto a lo que vimos, para los creyentes era algo normal, ellos no dudaban en atribuirle origen extraterrestre. La explicación de ellos es la siguiente: cada uno cree lo que quiere creer, o ve lo que quiere ver. Nosotros quizá interpretaríamos en forma distinta lo que perciben.
- ¿Cómo es la historia de la NASA, realmente estuvo allí?
Facundo: Eso fue tal cual, pero nadie sabe a qué vinieron. Un equipo de la NASA estuvo en una parte de la estancia a la que no se permite ingresar porque es privada. En Internet no se encuentra nada al respecto, pero lo que sí es seguro es que la NASA vino a estudiar algo, lo que indica al menos que se trata de un lugar especial, aunque sea para fenómenos atmosféricos. De todos modos, no se sabe la razón de la visita.
¿Cuales son los puntos claves o calientes en el Uruguay?
estancia la auroraIncreíblemente podría afirmar que todo el Uruguay es un punto caliente. La actividad Ovni es abundante y el origen místico de nuestro país también alimenta esta percepción.
Pero de todas formas hay lugares que se destacan, como por ejemplo la estancia “La Aurora” en el departamento de Paysandú, también la zona de San Ramón en Canelones, las Sierras de Minas, Piriápolis, la laguna Negra en Rocha, etc..
Pero las zona más famosa es sin duda La Aurora. Aquí se vivieron muchísimas cosas relacionadas con el fenómeno Ovni, sobretodo en la década del 80, cuando el lugar era visitado por muchísima gente y varios vivían avistamientos masivos, experiencias místicas, curaciones milagrosas y hasta verdaderos contactos con seres de otras realidades.
Lo cierto es que toda la zona esta compuesta en su suelo por piedras de cuarzo, lo que lo hace naturalmente muy energético. La líneas geobiológicas que atraviesan la zona fueron medidas y tienen un ancho de hasta más de diez metros, cuando lo normal es que midan centímetros. Los aparatos electrónicos fallan comúnmente e inclusive los GPS muchas veces marcan una ubicación errónea.
En esta zona se habla de entradas a mundos subterráneos, de entradas a otras dimensiones, de bases ET y de vórtices energéticos naturales. Algunos testigos y protagonistas de historias supuestamente vividas allí, alimentan estas teorías.
¿Que hay de cierto que Neil Amstrong y otras personalidades han visitado la hacienda de la Aurora?, ¿que crees que hay ahí?
Quien era dueño de la estancia, el señor Angel Tona, tuvo una comunicación mas activa con respecto a lo que pasaba en sus estancia, Tona falleció hace un tiempo y a cargo quedaron sus hijos, quienes mantienen una reserva muy entendible. Lo que quiero decir es que han cerrado un poco la puerta, debido a la desacreditación y por un cuidado natural que quieren hacer. Esto hace que la información siempre sea confidencial y escasa. No cuentan abiertamente lo que allí sucedió y sucede (esto es una observación mía).
De todas formas tengo la información de buena fuente que efectivamente Neil Amstrong estuvo en La Aurora, claro que no en visita oficial, mas bien en visita reservada ( siete u ocho veces), y habría hecho contacto en la estancia con un ser que habría acompañado a la misión del Apolo XI en su viaje a la luna. Esto podría confirmar eso que se dice que las misiones espaciales de la humanidad siempre están vigiladas de cerca por seres naves de otros mundos. (Ver que nunca estuvo aquí, carta documento enviada por el)
 

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